Ejercicio pliométrico: qué es, beneficios y consejos para principiantes

El ejercicio pliométrico es un entrenamiento que complementa a otros y ayuda a incrementar la fuerza sobre todo a través de diferentes saltos. Los fisioterapeutas también lo emplean en terapias de recuperación de lesiones.

El ejercicio pliométrico se empezó a practicar en el ámbito del alto rendimiento deportivo en la Unión Soviética en los años 60. Se utilizaba para mejorar la potencia y el rendimiento en el atletismo. De ahí se extendió y se implantaron programas en deportistas con altos niveles de fuerza, capaces de levantar 1,5 o 2 veces su peso corporal, con el fin de progresar como atletas.

Sin embargo, en los últimos años, esto ha cambiado y ahora también se benefician de ellos personas con un sistema musculoesquelético menos fuerte mediante ejercicios pliométricos no tan intensos y que, en principio, cualquiera puede realizar, como saltar a la comba o saltos entre vallas. Asimismo, este tipo de ejercicio también lo emplean los fisioterapeutas en la recuperación de lesiones. Por ejemplo, en patologías de tobillo, durante las fases finales de la recuperación, para conseguir la funcionalidad al 100%.

“El pliométrico es un tipo de ejercicio que, mediante la utilización de movimientos y gestos muy explosivos, busca aumentar la aceleración y la potencia muscular”, explica Javier López Marcos, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM). Para lograr ese fin se basa en los ciclos de estiramiento-acortamiento (CEA), esto es, la contracción de los músculos excéntrica (se alarga) y concéntrica (se contrae), un mecanismo por el que “se genera energía elástica que se transfiere en los saltos muy rápidos, como los de la comba, y facilita el aumento de la potencia de ese movimiento. Esa energía elástica se produce cuando el contacto con el suelo es breve. Si no es así de breve, esta se disipa en forma de calor y ya no es un ejercicio pliométrico”, detalla Javier Estellés, preparador físico y docente de la Escuela Apta Vital Sport, miembro de la Federación Española de Entrenadores Personales y Fitness (FEEPYF).

“Un ejercicio pliométrico bien prescrito no debería presentar grandes dificultades y podría realizarlo casi cualquier persona. La supervisión de un profesional será fundamental para poder adaptar y progresar el ejercicio al nivel o condición física del sujeto, a la presencia de algún tipo de lesión, a sus características antropométricas, al nivel de fuerza y de control motor”, afirma el fisioterapeuta.

Beneficios del ejercicio pliométrico 

El ejercicio pliométrico ayuda mucho en situaciones deportivas como el sprint y por eso se utiliza mucho en la preparación física de deportistas que quieren alcanzar la máxima velocidad lineal, subraya Estellés, quien enumera sus beneficios principales: dentro del ámbito deportivo, destaca el aumento de la velocidad máxima o pico y desarrollo o incremento del salto vertical (algo fundamental en jugadores de baloncesto, por ejemplo). Y a nivel del sistema musculoesquelético, el desarrollo del stiffness (la rigidez).

“Cuanto mayor sea la rigidez de nuestros tendones y musculatura, mayor será la capacidad para realizar ese ciclo de estiramiento-acortamiento. Por ejemplo, esto facilita correr más rápido utilizando menos energía en las carreras de media y larga distancia, por lo que el ejercicio pliométrico se incluye en la preparación física de un maratoniano”, matiza Estellés.

En lo que se refiere a beneficios para la salud, esta práctica mejora la fuerza, la condición cardiovascular, la quema de calorías, la composición corporal y ayuda a la pérdida y el mantenimiento del peso.

Ejercicios y consejos para principiantes de la pliometría  

Aunque son más habituales los que ejercitan los miembros inferiores, el fisioterapeuta señala que este tipo de movimientos pueden trabajar tanto el tren superior como el inferior. Para practicar este entrenamiento, “es fundamental un buen control de la musculatura abdominal para mejorar el resultado de estos ejercicios, porque la estabilidad del tronco mejorará los diferentes componentes de cualquier actividad pliométrica. Es, por tanto, un tipo de actividad que involucra a todo el cuerpo”, afirma López Marcos.

El ejercicio pliométrico incluye, sobre todo, ejercicios de salto, por lo que se conoce popularmente como «entrenamiento de saltos», pero no todos los saltos son ejercicios pliométricos y también abarca los de lanzamiento que fortalecen el tren superior, aunque son menos habituales, aclara López Marcos.

Estos son algunos ejemplos de ejercicios pliométricos accesibles para cualquier persona (sin problemas médicos o lesiones que lo impidan), según indica Estellés:

  • Drop Jump (consiste en saltar al suelo desde una superficie elevada, amortiguando la caída. Mejora la capacidad de producción de fuerza).
  • Saltar a la comba.
  • Salto de vallas (con vallas muy bajitas).

Para personas con sobrepeso o sedentarias que quieran iniciarse en los ejercicios de pliometría e incrementar su nivel de fuerza, Estellés plantea realizar saltos asistidos con una banda elástica (con una tensión alta). Se sujeta la banda a una barra y la persona coge la banda elástica con las dos manos y da saltos continuos como si estuviera saltando a la comba. De esta manera, se descarga gran parte del peso corporal y se realiza el entrenamiento con menos estrés mecánico, puesto que la goma ayuda en la fase concéntrica del movimiento, indica el preparador físico, quien recomienda sesiones tres días a la semana (con descansos de 48/72 horas). En cada una, las personas principiantes puede realizar entre 80 y 100 contactos con el suelo, las de nivel intermedio, entre 100 y 120 y las avanzadas, entre 120 y 140.

Asimismo, para personas sedentarias o con bajos niveles de fuerza y poca rigidez, Estellés propone que los saltos desde el cajón se lleven a cabo desde una altura no muy alta (por ejemplo, 20 cm en vez de los 40 o 50 cm habituales) para evitar el estrés en las articulaciones.

Ejercicio pliométrico para la recuperación en lesiones 

En lo que se refiere a la recuperación de lesiones, López Marcos comenta que los principales objetivos de la pliometría en este caso son lograr el fortalecimiento muscular y el aumento de la velocidad de contracción (sumación temporal y sumación espacial de la activación de las unidades motoras). Eso dará lugar a “movimientos más rápidos y potentes y mejoras en los niveles de coordinación motora. Este aspecto de coordinación y de velocidad de contracción, a su vez, será un beneficio no sólo para el sistema musculoesquelético, sino también para el sistema nervioso central”.

Así, López Marcos ve conveniente que un profesional sanitario valore ciertos aspectos que pueden condicionar la pauta del ejercicio pliométrico en la recuperación de lesiones. Y advierte de que “las personas que presenten hiperlaxitud deberán realizarlo con más precaución, debido a que la inestabilidad articular se verá más desafiada”, ya que se trata de un entrenamiento exigente, que “se realiza a alta velocidad y con niveles de fuerza muy elevados”.

Asimismo, si la persona siente dolor, habrá que valorar si conviene o no este ejercicio, y en sujetos donde la condición física es mala tendrá que disminuirse la intensidad de los ejercicios pliométricos, advierte López Marcos. En cualquier caso, si existe una lesión, se debe acudir a un fisioterapeuta para que prescriba y planifique el entrenamiento sin riesgo para el paciente.

“El profesional sanitario encargado de la prescripción del ejercicio terapéutico cuenta con muchos parámetros a modificar para conseguir el ejercicio más adecuado para cada persona. Al pensar en pliometría y en saltos o lanzamientos, lo habitual suele ser pensar principalmente en el número de repeticiones que se realizan, pero el profesional cualificado podrá modificar la velocidad de ejecución, la distancia o amplitud del movimiento, las cargas externas que aumenten la dificultad del gesto y los segmentos corporales implicados -salto a uno o dos pies o lanzamientos con una o dos manos- y otros muchos parámetros que podrán hacer que este ejercicio, con todos los beneficios que tiene asociados, se adapte perfectamente a muchas fases del proceso de recuperación de los pacientes que acuden a las consultas de fisioterapia y se beneficien de ello”, aclara el fisioterapeuta.

Fuente: Cuidate Plus

Este es el mejor ejercicio para la lumbalgia

El 10% de los hombres y el 17% de las mujeres padecen de lumbago o lumbalgia crónica en España, y un 80% de la gente lo tendrá alguna vez a lo largo de sus vidas.

Una revisión de estudios científicos estima cuáles son los mejores ejercicios para la lumbalgia, que afecta al área inferior de la espalda.

El dolor lumbar puede resultar un problema muy incapacitante, por el que muchas personas acuden al médico o al fisioterapeuta y se ve obligadas a consumir fármacos analgésicos para combatir el dolor.

En España, el 10% de los hombres y el 17% de las mujeres sufren lumbago o lumbalgia crónica, lo que aúpa a esta dolencia en tercera posición de las enfermedades crónicas o de larga evolución, solamente por debajo de la hipertensión y el colesterol alto, con datos del Instituto Nacional de Estadística (2020) en la mano.

Según recoge El Médico Interactivo, el promedio de días perdidos por dolor en España es de 16,8 al año, y el coste económico está cifrado en 15.000 millones de euros anuales, dicen los datos de la Sociedad Española del Dolor (SED) en el artículo Costes del tratamiento del dolor versus su no tratamiento. Aproximación a la realidad de Portugal y España.

De forma más concreta, la lumbalgia genera un gran número de bajas laborales y costes asociados: es la primera causa del gasto público en nuestro país. La enfermedad está ligada a 2 millones de consultas al año en atención primaria y es la primera causa de incapacidad laboral en menores de 50 años. Solamente en jornadas no trabajadas, tiene un coste de 162 millones de euros anuales.

¿Es malo hacer ejercicio con lumbalgia? ¿Cuál es la actividad más recomendada para reducir el dolor que el lumbago provoca? Rubén Fernández-Rodríguez, investigador predoctoral en formación en la Universidad de Castilla-La Mancha, aporta respuestas en un artículo escrito para The Conversation.

Su equipo ha analizado en detalle las consecuencias de hacer ejercicios aeróbicos, de fuerza, combinados, de estiramientos, los llamados de cuerpo-mente (como el yoga y el tai-chi), actividades que fortalecen el core, los ejercicios del método McKenzie y el pilates.

Después de revisar 118 artículos y observar la evolución de 9.710 personas con lumbalgia, los científicos llegaron a la conclusión de que todos estos ejercicios son efectivos, excepto los del método Mackenzie en caso de discapacidad, y los estiramientos cuando el paciente padece dolor.

Pilates, el ejercicio más recomendable para la lumbalgia

Por orden de eficacia para aliviar el dolor de lumbago, el pilates es el ejercicio más eficaz. Le siguen los de cuerpo-mente como el yoga, y también aquellos destinados a fortalecer el core. El pilates también es el más indicado para disminuir la incapacidad.

Para que funcione a la hora de reducir tanto el dolor como la discapacidad en la lumbalgia crónica, se recomienda al menos tener entre una y 2 sesiones de pilates por semana. También son eficaces aquellos programas que incluyen sesiones de una hora de actividades basadas en el core, la fuerza o las prácticas de cuerpo-mente.

Por último, destacan los entrenamientos de entre 3 y 9 semanas basados en pilates y actividades para el core. Dado que cada persona es un mundo, «no hay que olvidarse de valorar e identificar las características individuales para recetar el ejercicio más efectivo y adaptado para ese lumbago», señala Rubén Fernández-Rodríguez.

Además, existen otros remedios caseros para la lumbalgia que puedes utilizar: aplicar frío y calor a la zona dolorida, darte un baño tibio, tomar infusiones antiinflamatorias de jengibre, y contar con un buen colchón y una buena almohada. No te olvides de cuidar tu postura corporal de forma preventiva, especialmente si trabajas muchas horas sentado enfrente del ordenador.

Fuente: Bussiness Insider

Cinco beneficios de hacer ejercicio en el agua

Realizar actividades acuáticas –no me refiero a natación– nos permite mejorar la flexibilidad, evitar riesgo de lesión y favorece la circulación y la salud cardiovascular.

Ya sabemos que hacer ejercicio quema calorías. Los ejercicios que se realizan dentro del agua no son la excepción (duh!); y, como el agua es más densa que el aire, proporciona resistencia que nos permite mejorar nuestra fuerza muscular.

Pero esas no son parte de los cinco beneficios que quería comentarles. Son los siguientes:

Bajo impacto

Por el principio de Arquímides, somos “más livianos” cuando estamos dentro del agua, lo que reduce algunos de los impactos que nuestros cuerpos y articulaciones experimentarían realizando los mismos movimientos fuera del agua.

Por eso, mencionan en el centro diurno de bienestar, YMCA, “los ejercicios acuáticos y otros estilos de entrenamiento de bajo impacto son particularmente ideales para las personas que sufren de dolor en las articulaciones u otras afecciones corporales degenerativas.”

Beneficioso para la salud cardiovascular

Los especialistas de YMC añaden que la participación regular de ejercicios acuáticos puede ayudar a mejorar la salud del corazón y la fuerza cardiovascular porque la presión del agua ayuda a que la sangre circule en dentro del cuerpo más eficientemente.

Incluso, dicen, se ha demostrado que los ejercicios acuáticos ayudan a reducir la presión arterial alta.

Aumento en la flexibilidad

Como el agua soporta nuestro peso, el rango de movimiento de las articulaciones se incrementa,  aseguran en VersusArthritis. Esto se traduce en una mejorar progresiva en la flexibilidad que tenemos.

Mejor alineamiento y técnica

Como dentro del agua el peso corporal se distribuye mejor, se ve favorecida la estabilidad postural mientras se ejecutan los ejercicios, detallan investigadores de la Universidad del Valle.

Así, es más fácil ejecutar la técnica correctamente y evitar el riesgo de lesiones.

Más seguridad

Además de lesiones que pudieran ocurrir producto de una mala postura, se eliminan los riesgos de lesionarse producto de una caída. Adicionalmente, no se utilizan pesas por lo que tampoco hay riesgo de una lesión producto de sobrecarga.

No extraña entonces que los actividades acuáticas sean de las primeras que recomiendan practicar a las personas que tienen padecimientos crónicos biomecánicos. Para ellas, son especialmente beneficiosos cuando se realizan en piscinas temperadas, donde la temperatura del agua se ubica entre los 33oC y los 36 oC.

“El calor del agua permite que los músculos se relajen y alivia el dolor en las articulaciones en pacientes con artritis, lo que les facilita el hacer ejercicio”, explican especialistas del centro VersusArthritis, dedicado a su investigación y tratamiento.

Incluso, un estudio realizado en 113 individuos y publicado este año en el Journal of the American Medical Association (JAMA), demostró que “un programa de ejercicios acuáticos terapéuticos condujo a un mayor alivio en pacientes con dolor lumbar crónico que sesiones de fisioterapia y tuvo un efecto a largo plazo de hasta 12 meses”.

Donde vivo desde hace cinco años, hay dos piscinas. Si en este lustro me he metido cinco veces en ellas, es mucho. Sin embargo, me propuse sacarles más provecho a partir de ahora. Si ustedes también tienen la oportunidad de hacerlo, no la dejen pasar.

Fuente: El financiero

¿Fisioterapeuta o traumatólogo? Lo que hay que saber para elegir la consulta adecuada desde el principio

Una mala zancada que acaba con una rodilla resentida, quizá el esfuerzo de preparar una oposición que te ha dejado la espalda como un acordeón, o sencillamente que te levantas por la mañana con el cuello completamente rígido, oxidado, inmóvil… Da igual el caso. Lo importante es que tu cuerpo se queja, dirías que tienes una lesión y necesitas ayuda. ¿A quién vas a llamar? Tu vecina te ha hablado maravillas de un fisioterapeuta que pasa consulta a dos minutos de tu casa, tu cuñado no deja de darte referencias de su primo traumatólogo y el listo de turno lo tiene claro: si el problema está en una articulación, estás en el territorio de los reumatólogos. Eso sí que no te lo esperabas.

Impera la confusión, y es lógico; los tres profesionales pueden tener un papel potencial en la recuperación de una lesión, el alivio del dolor o el diagnóstico de una enfermedad. Y es posible que tengas que visitar a varios profesionales distintos para recuperarte de tu problema. Pero incluso en estos casos el orden es relevante, y hay pautas de actuación importantes para no perder el tiempo y ponerte en las mejores manos desde el primer momento.

Más que muletas y férulas

Basta escuchar la palabra traumatólogo para que las muletas y el quirófano vengan a la mente. El traumatólogo trata los traumas, los golpes, los malos pasos… Pero no, la traumatología no es solo eso. Según Mikel Aramberri, traumatólogo de la Selección Española de Rugby y director de la Clínica Alai, “un cirujano ortopédico y traumatólogo trata las patologías que afectan al aparato locomotor que, además de huesos, incluye músculos, ligamentos y tendones. Vemos muchas fracturas, pero cada vez hay más consultas por dolores atraumáticos, como el dolor de hombro o el dolor en la parte interna de la rodilla. El primero puede deberse a una inflamación o a la rotura de los tendones del manguito rotador. En cuanto a la rodilla, hay dos causas principales: la rotura degenerativa del menisco interno y/o la artrosis del compartimento medial de la rodilla. Además, tratamos médicamente las patologías que pueden abordarse de manera conservadora, como las contracturas”.

“En deportistas jóvenes abundan las lesiones de ligamento cruzado anterior, una lesión más frecuente en féminas. En personas de edad avanzada abundan los problemas de roturas de tendones del hombro y, en muchos otros casos, de artrosis. La osteoporosis produce un número elevado de fracturas de cadera en personas mayores, generalmente por caídas banales desde su propia altura. En muchos de esos casos precisan de una intervención para poder devolver la movilidad al paciente”. De ahí que su labor principal sea solucionar la patología quirúrgica del sistema esquelético. “Desde poner prótesis de rodilla, cadera u hombro a realizar cirugías mini invasivas mediante artroscopia o cirugía percutánea, para solucionar lesiones de ligamento cruzado o los juanetes”.

No hace falta darte un golpe con la pata de la mesa o doblarte el tobillo haciendo deporte para visitar al traumatólogo. Incluso si un buen día te duele el pie sin venir a cuento, este profesional es una buena primera opción. “Trabajamos en equipo con muchos fisioterapeutas, pero lo más correcto es acudir al traumatólogo inicialmente. Tanto la exploración como las pruebas complementarias (radiografías, ecografías…) permitirán un diagnóstico exacto y enfocar el tratamiento con las mejores garantías”. En el hombro, por ejemplo, se pueden hacer ecografías en la consulta, lo que aporta mucha información en tiempo real acerca de si hay bursitis o inflamación subacromial, calcificaciones, rotura tendinosa… Otras pruebas hay que mandarlas hacer fuera de la consulta. Por ejemplo, cuando el traumatólogo precisa una radiografía para valorar otros aspectos del hueso, o resonancias magnéticas y TAC.

Las mejores manos para recuperar movilidad

Por una mera cuestión estadística —hay más clínicas de fisioterapia a pie de calle que de traumatología— muchas veces pensarás en pedir cita al fisioterapeuta en cuanto te duele un pie o te cuesta mover el cuello. Una situación súbita de dolor moderado, inflamación, rigidez (a veces se nota una zona endurecida o como una bola) o la dificultad para mover un miembro, en especial, después de haber practicado deporte, puede ponerte sobre la pista de que necesitarás pasar por su consulta. Una lesión abierta o un enorme hematoma, dolor agudo, imposibilidad de mover el miembro y hasta el hundimiento de la zona afectada puede indicar que hay una rotura muscular o del hueso. En ese caso, hay muchas papeletas para la lesión acabe en el quirófano y en manos de un traumatólogo.

Incluso en esa situación, si optas por acudir primero al fisioterapeuta de al lado de casa, no debería ser problema. “Antes de abordarlo con masaje manual u otra técnica más invasiva, primero valoraremos. Si está en nuestra mano, tratamos. Si no, sugerimos el profesional indicado. Un caso típico es el dolor lumbar. Puede ser por una contractura muscular, una hernia discal, problemas en el suelo pélvico y hasta por un mioma en el útero. En este último caso, recomendamos acudir a ginecología para tratar la verdadera causa del problema”, explica el fisioterapeuta Isidoro San Justo Molleda.

Entre las dolencias traumatológicas de carácter muscular que se ven en sus consultas están las sobrecargas y las contracturas. Pueden deberse a que has estado pintando el piso y tienes el brazo acartonado, o por sentarte mal en la silla de la oficina, o porque te has venido arriba entrenando… “Vemos muchos casos por una mala higiene postural y por sedentarismo (por ejemplo, muchos dolores de cuello o de espalda). Pero también por una degeneración articular inevitable por la edad”. Estas últimas abundan en deportistas o en profesiones que repiten un mismo gesto. También aportan pautas para conservar los resultados de sus intervenciones. “Nuestra función no es solo recuperar la funcionalidad, sino dar pautas para que no se repitan ni se cronifiquen”. También tratan muchos esguinces o torceduras de ligamentos, luxaciones y la rehabilitación poscirugía de las fracturas.

“Los jóvenes tienen ocio sedentario. Niños y adolescentes que se tiran horas con las tabletas o móviles, jugando o chateando. Vemos sobrecargas similares a las de una persona que trabaja sentada. En cambio, en adultos cada vez es más fácil ver lesiones deportivas”, básicamente por estrés articular y por sobreuso. Las mujeres merecen capítulo aparte. “El uso de tacones o llevar bolsos enormes con mucho peso favorecen desequilibrios posturales que acaban en contracturas o dolencias musculares en las cadenas posteriores (el ‘acortamiento’ del gemelo por llevar tacones muy altos). Por otro lado, tienen ciclos endocrinos variables por su propia fisiología hormonal. En las etapas estrogénicas del ciclo menstrual su laxitud ligamentaria es mayor”. Eso significa más elasticidad, pero también más riesgo de esguinces.

¿Y qué hace un reumatólogo?

No siempre la causa de que una articulación duela es un accidente o una mala postura. Puede que el problema esté dentro, y ese es el negociado del reumatólogo. “Es la especialidad médica responsable de enfermedades del aparato locomotor (huesos, músculos, tendones y articulaciones) y autoinmunes sistémicas. Abordamos el dolor muscular y articular que se asocia a signos externos de inflamación, aumento de la temperatura exterior, enrojecimiento o rigidez”, explica Paloma García de la Peña Lefebvre, reumatóloga en la Fundación Instituto Inmunes. “Un síntoma que se repite en muchas enfermedades reumatológicas es la sensación de que levantarte como oxidado, que tienes que dedicar unos minutos a movilizar los miembros para ponerte en funcionamiento, como si te llevara un rato que las articulaciones se engrasaran. Puede ser la sensación de que no puedes mover el cuello o que no eres capaz de dirigir bien los pies”.

La pista determinante es que eso sucede sin haber realizado ningún esfuerzo físico notable ni ese día ni los anteriores. Y que, pese a que pasan los días, la rigidez, el dolor o la inflamación no remiten. Incluso van a más. “También si hay cansancio sin causas aparentes, porque es uno de los síntomas más frecuentes en enfermedades autoinmunes que son nuestro campo de actividad. Es el caso del lupus, la fibromialgia o la artritis reumatoide”.

Pronunciar la palabra reumatólogo tal vez te haga pensar en tu abuela. Si es así, seguro que te equivocas. “Es un error habitual. Tratamos a personas mayores, por ejemplo, en casos de osteoporosis. Pero también tenemos pacientes jóvenes. Incluso niños con artritis idiopática infantil. Lo importante es que el resto de profesionales de la salud, desde el médico de familia al fisioterapeuta sepan distinguir los síntomas y derivarlos a un reumatólogo. En muchas patologías tratarlas cuanto antes evita daños permanentes, por ejemplo, por la erosión de un hueso inflamado”.

Fuente: El País

Paliar los efectos perniciosos del sedentarismo laboral, el asunto que aborda en marzo el videoconsejo de la campaña “12 meses, 12 consejos de salud”, del Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra.

Estar más de seis horas inactivo contribuye al desarrollo de diabetes, obesidad, cardiopatías, dolores musculares y articulares

La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 ha obligado a gran parte de la sociedad a adaptarse rápidamente al teletrabajo, una modalidad que se ha revelado como una solución eficaz para mantener y asegurar la actividad económica.

Desde el confinamiento, el porcentaje de empleados que realizan su trabajo en sus casas se ha duplicado respecto a 2019. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del último cuatrimestre de 2020, el 9,95 por ciento de los ocupados (1.923.800 personas) trabajaron desde su propio domicilio más de la mitad de los días laborables, aunque estos datos fueron superiores en los trimestres precedentes.

Programar pausas

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Navarra (junto a los colegios de Aragón, Comunidad Valenciana, Cataluña, La Rioja, Cantabria, País Vasco, Madrid y Galicia) ha dedicado el videoconsejo de la campaña “12 meses, 12 campañas de salud” del mes de marzo a los empleados que realizan sus tareas desde su casa, con una serie de recomendaciones para “un teletrabajo efectivo y saludable”.

“Hay que desmitificar algunos mensajes. No existe una posición perfecta ni el mobiliario ideal. Todas las posturas son nocivas si se mantienen durante horas. La ausencia de movimiento, el abuso de tiempo sin cambiar de posición sí puede causar lesiones o problemas de salud”, explican.

Para ello, y sobre todo para evitar prácticas perniciosas o hábitos que puedan dañar la salud, los fisioterapeutas navarros recomiendan una serie de medidas entre las que destacan:

  1. Adecuar la altura de la silla hasta que resulte cómoda. No existe una única postura correcta. Sobre todo, es importante cambiar de posición de vez en cuando y no permanecer sentado más de una hora. Ponerse de pie para hablar por teléfono es una manera sencilla de obligarse a cambiar de postura.
  2. Vigilar la distancia de la pantalla del ordenador y que también resulte cómoda. Debe estar frente a la cabeza y a la altura de los ojos, que permita tener el cuello recto.
  3. Acodar los brazos en la mesa para teclear, evitando movimientos bruscos y con una buena postura para manejar el ratón.
  4. Programar pausas. Si alguien se mantiene más de seis horas inactivo está contribuyendo a desarrollar diabetes, obesidad, cardiopatías, dolores musculares y articulares. Por ello, los fisioterapeutas recomiendan la programación de una serie de pausas durante la jornada laboral.
  5. Ejercicios ligeros. Lo mejor, siempre que se pueda, es practicar en casa ejercicios ligeros durante esos momentos de pausa en el trabajo, como caminar para activar la musculatura y el sistema cardiorespiratorio. Otra propuesta rápida y sencilla es ponerse de pie y dibujar círculos con las caderas, aprovechando también para abrir y cerrar los brazos o levantar los pies para estirar las extremidades. Además de estos pequeños ejercicios, los fisioterapeutas proponen otros ligeramente más intensos, como sentarse y levantarse sin llegar a apoyar el peso del cuerpo durante 30 segundos seguidos, actividad que se debería repetir unas cinco o seis veces al día. También es recomendable subir las rodillas alternativamente o, todavía mejor, bailar durante alguna de las pausas programadas, para liberar tensión. Y una vez terminado el horario laboral en casa, media hora de ejercicio diario. Con ello se asegura una jornada eficaz y saludable.
  6. En paralelo, el videoconsejo de marzo destaca la importancia de una buena organización de la jornada en un espacio ordenado y con luz natural. Igualmente, es importante mantener un ritmo saludable de alimentación, por lo que hay que evitar tomar el desayuno o la comida mientras se trabaja.
  7. Acudir a un profesional. La persona que sufra dolores o molestias persistentes a pesar de estas recomendaciones debe consultar a un fisioterapeuta, ya que son los profesionales cualificados para atender este tipo de dolencias.

Campaña “12 meses, 12 consejos de salud”

La campaña “12 meses, 12 consejos de salud” es una iniciativa de varios colegios de Fisioterapeutas que arrancó en 2013.

Su objetivo es prevenir las lesiones provocadas por los malos hábitos a través de una serie de cortos de animación que se emiten con periodicidad mensual a través de distintos soportes, entre ellos las redes sociales y los medios de comunicación.

En invierno se producen más lesiones musculares debido al frío, según advierte fisioterapeuta

En invierno llegan a las consultas de Fisioterapia muchas más algias de raquis y lesiones musculares que en verano debido al frío, según ha advertido el experto en Ejercicio Terapéutico, recuperación funcional y Fisioterapia Deportiva David Martín-Caro Álvarez, por lo que el especialista ha incidido en la importancia del calentamiento previo al ejercicio y de acudir al fisioterapeuta.

«Tal vez sea casuístico, pero en esta semana hemos tenido multitud de roturas musculares, mientras que en verano ese porcentaje de lesiones fibrilares disminuyen, aunque aumentan las lesiones ligamentosas y articulares», abunda David, que aclara que, aunque no se puede establecer qué lesiones son las más frecuentes, ya que depende del tipo de práctica deportiva que se realice, aquellas que afectan a todo el sistema osteoarticular y músculotendinoso «son las que más se repiten».

Así las cosas, ha explicado que, con el frío, tanto los músculos como el sistema articular se encuentran mucho más rígidos y con menor movilidad, por lo que es «fundamental» realizar un calentamiento del sistema osteoneuromuscular, que mejore la funcionalidad y, sobre todo, que evite que se produzcan lesiones. «Si un calentamiento normal debe durar unos 15 minutos como mínimo, en época de frío debería ser de unos 25 minutos», afirma Martín-Caro.

En este sentido, afirma que el tipo de calentamiento hay que realizarlo siempre adaptado a las características de cada persona. «Como normas básicas podemos mencionar que el calentamiento debe llevar un orden: comenzar por ejercicios de movilidad articular, activación tendinosa y neuromuscular, ya que es muy importante activar de una manera correcta todos nuestros sistemas nerviosos y reflejos, que tendrán un papel muy activo en la prevención de lesiones», ha explicado. Ha añadido que, después, es necesario continuar con ejercicios más funcionales que impliquen algún gesto funcional o deportivo, «para ir concluyendo con una activación de todo el sistema cardiorespiratorio».

Por otro lado, la visita al fisioterapeuta puede ayudar a los pacientes a identificar sus puntos frágiles. «Los fisioterapeutas, por tanto, tenemos un papel muy importante ya que, por medio de nuestras valoraciones y nuestros conocimientos podemos indicarles las pautas y programas de ejercicio terapéutico adaptados a cada persona, enseñarles a realizar un buen calentamiento, con cargas e intensidades adecuadas para cada deportista, así como una correcta vuelta a la calma», ha señalado.

Por último, avisa, lo más importante antes de realizar cualquier actividad que implique ejercicio físico es determinar las capacidades cardiovasculares y neuromusculares de cada paciente, ya que un desequilibrio entre las demandas y exigencias de la práctica deportiva y las capacidades de cada deportista va a ser el responsable de la aparición de un gran número de patologías y lesiones.

Fuente: COPE

Los glucocorticoides no son tan efectivos como la fisioterapia para el dolor de la artrosis

Una reciente investigación concluye que los pacientes que han recibido fisioterapia frente a las inyecciones de glucocorticoides han conseguido reducir el dolor y mejorar la funcionalidad física.

Según los hallazgos revelados por un reciente estudio, la fisioterapia aplicada a pacientes con artrosis de rodilla consigue una mayor reducción del dolor y de la discapacidad funcional que los tratamientos basados en inyecciones de glucorticoides intraarticulares.

Los glucocorticoides son hormonas pertenecientes a la familia de los corticosteroides que participan en la regulación del metabolismo de carbohidratos favoreciendo la gluconeogénesis y la glucogenólisis; poseen además actividad inmunosupresora.

El estudio, se encuentra liderado por Gail Deyle, miembro de la Army-Baylor University Doctoral Fellowship. Este ha contado con una muestra de 156 pacientes con una edad promedio de 56 años. Estos padecían artrosis en una o ambas rodillas y fueron sometidos de forma aleatoria en una proporción de 1: 1 para recibir un tratamiento basado en fisioterapia o una inyección de glucocorticoides. Cabe señalar que la severidad del dolor y el nivel de discapacidad eran similares en los pacientes de ambos grupos.

Los pacientes integrados en el grupo cuyo tratamiento se basaba en la fisioterapia recibieron instrucciones sobre los ejercicios, movimientos articulares y los criterios sobre los que se fundamentarían estos en términos de dosificación y progresión de la intensidad. A los sujetos se les administró una media de ocho sesiones de fisioterapia durante un periodo de entre cuatro y seis semanas. Estos contaban con la opción de acudir a entre una y tres sesiones adicionales en el momento de las reevaluaciones, fijadas cuatro y nueve meses después de la finalización del tratamiento.

Por otro lado, un reumatólogo fue el encargado de suministrar las inyecciones intraarticulares a los pacientes incluidos en el grupo de los glucocorticoides. Estos recibieron una inyección en una o ambas rodillas (en función de la presencia o no de artrosis) de 1 ml de acetónido de triamcinolona y 7 ml de lidocaína al 1%. Antes de tomar la decisión de administrar la referida combinación el grupo de investigadores debatió sobre si era necesaria la administración de inyecciones adicionales. Se determinó que los pacientes podían recibir una media de tres inyecciones anuales en un año.

El análisis de los resultados del estudio se ha efectuado tomando como referencia el Índice de Artrosis de las Universidades McMaster de Western Ontario (WOMAC, por sus siglas en inglés), que establece una puntuación que va de cero a 240, siendo los resultados más altos los que se atribuyen a pacientes con dolor severo, discapacidad funcional y rigidez elevada.

De acuerdo a esto las puntuaciones obtenidas por los dos grupos de pacientes al inicio del estudio fueron de 108.8 +/- 47,1 en aquellos a los que les fue administrada la inyección y de 107.1 +/- 42.4 en el grupo que recibió fisioterapia.

Tras un año de aplicación de ambos tratamientos, las puntuaciones medias fueron de 55.8 +/- 53.8 para el grupo al que se le administraron los glucocorticoides; y de 37 +/- 30.7 en los que recibieron un tratamiento basado en la fisioterapia.

De este modo los investigadores concluyeron que la fisioterapia como tratamiento en pacientes con artrosis de rodilla reporta una mejoraría en la puntuación relativa al dolor y funcionalidad física, frente a las inyecciones de glucocorticoides.

El estudio “Physical Therapy versus Glucocorticoid Injection for Osteoarthritis of the Knee”, fue publicado en New England Journal of Medicine

Tendinopatía del supraespinoso, ¿qué se puede hacer en casa?

Tejido tendinoso:

Los tendones son bandas fibrosas de tejido conectivo, ricas en colágeno, cuya función es conectar los músculos con segmentos óseos y de esa forma, transmitir el movimiento producido por la contracción muscular. Son áreas donde se concentran grandes cargas que estresan el tendón. Aunque están formados por fibras de colágeno fuertes, se pueden estirar en exceso fácilmente o incluso desgarrar por sobreesfuerzo o sobreuso del tendón.

La clave de esta lesión la encontramos en el hecho de que los tendones están en continua destrucción/creación de tejido (tratando siempre de conseguir el equilibrio perfecto) y tienen una vascularización muy pobre, (pobre riego sanguíneo y, por lo tanto, pocas células reparadoras) lo que lleva a la lesión si se estresa el tendón más de la cuenta y no se le da tiempo para conseguir el correcto equilibrio destrucción/creación.

¿Qué es una tendinopatía?

La tendinopatía es el término aplicado a la combinación clínica de dolor y pérdida de función originada en un tendón.  Este proceso se cree asociado o producido por un cambio estructural del tendón, sin embargo, se sabe que el dolor es un procesamiento de nuestro cerebro ante estímulos concretos, con lo que esta modificación estructural no siempre da lugar a los síntomas antes descritos.

El dolor en la tendinopatía suele ser transitorio y generalmente asociado a la carga. Lo que puede indicar que es una señal de protección por la lesión del tejido, sin embargo, la gran facilidad de cronificación de esta patología y los recientes estudios que muestran que el ejercicio con cierta aparición de dolor, de modera intensidad no es perjudicial, hacen ver que la complejidad es mucho mayor que un simple daño en el tejido.

Posibles tratamientos:

Uno de los pilares fundamentales en la recuperación del tendón será planificar de forma adecuada una progresión de ejercicio terapéutico, individualizado y que tenga en cuenta las necesidades del paciente y las características del tendón afecto.

El ejercicio tiene que tener en cuenta la intensidad del dolor, pues, si éste es elevado se pueden comenzar con isometrías (contracción muscular que no modifica la longitud del músculo durante su ejecución) para dar una base de fuerza general y además aprovecharse de su baja carga sobre el tendón afecto y sus características analgésicas.

Tras ello potenciar la musculatura implicada, para posteriormente comenzar a aplicar cargas progresivas al tendón en cuestión, e influir en la reparación y regeneración del mismo. Para finalmente acabar con ejercicios en los que se aumenta la velocidad de ejecución y así trabajar el almacenamiento de energía en el tendón (si esto es pertinente).

Ejercicios para hacer en casa:

Como hemos comentado, podemos empezar por ejercicios de isometría, donde no habrá movimiento alguno, simplemente se llevará a cabo una contracción muscular. De esta manera, colocados con el hombro afecto contra la pared, entre el tronco y esta, haremos fuerza como si quisiésemos despegar el brazo del tronco (abducción). Al estar contra la pared no se creará ningún tipo de movimiento, realizando un ejercicio en isometría. Haremos 10 repeticiones y tras un breve descanso continuaremos con la siguiente serie. En total llevaremos a cabo 3 series.

Otro posible ejercicio sería en la misma posición, con el codo doblado en 90º e intentando llevar el puño hacia la pared, dejando el codo pegado al cuerpo y realizando así el gesto de rotación externa. Llevaremos a cabo 3 series de 10 repeticiones.

Isométricos para abducción de hombro - YouTube

 

Una vez hayamos terminado los ejercicios podemos hacer ejercicios de Codman, aumentando así el espacio subacromial. Para ello cogeremos un peso (una botella de agua, una pesa si tenemos en casa…) y lo cogeremos con la mano del hombro afecto. Nos apoyaremos en una mesa, una silla, la pared… con el brazo sano y tras inclinarnos ligeramente adelante, dejaremos caer el brazo hacia el suelo utilizando al pesa, relajándolo. Una vez colocado el brazo haremos círculos con la pesa, suavemente.

 

Ejercicios de Codman - Recuperación de lesión hombro

Fuentes:

  • https://www.mediespana.com/salud/diagnostico-tratamiento/tendinopatia/
  • https://www.irflasalle.es/que-son-las-tendinopatias/
  • https://lafisioterapia.net/tendinopatia-2

La Fisioterapia también se blinda al coronavirus

El coronavirus sigue ahí, pero sus secuelas, tanto por el contagio como por el confinamiento, han aumentado la demanda de Fisioterapia. Los profesionales han puesto en marcha un sinfín de protocolos para blindarse a la infección por COVID-19 sin mermar con ello la atención a sus pacientes.

En este contexto, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla – La Mancha (COFICAM), siguiendo las recomendaciones marcadas por el Consejo General de Colegios Fisioterapeutas de España (CGCFE), la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) y la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Fisioterapia (CNNDFF), quiere poner en conocimiento de la población castellano-manchega que los tratamientos fisioterápicos se están dispensando con plenas garantías de seguridad, ya sean en clínicas privadas e incluso en domicilios o en la sanidad pública.

Actualmente, hay protocolos que dejan claro cómo debe ser el día a día en una consulta o en la visita domiciliaria del fisioterapeuta, y “no hay duda que desde que se reanudara la actividad asistencial programada los fisioterapeutas han adoptado las medidas necesarias para trabajar con las mejores garantías de protección para los pacientes y el equipo humano de las clínicas”, afirman desde COFICAM.

Medidas adoptadas por los fisioterapeutas:

  • Realización de teleconsulta o triaje previo antes de que acuda el paciente al centro para averiguar los detalles necesarios de la patología por la que consulta, así como los detalles pertinentes relacionados con un posible contacto con la COVID-19.
  • Información de las normas y requerimientos que la persona deberá cumplir cuando deba acudir presencialmente a la clínica.
  • Separación de 10 minutos entre las sesiones de tratamiento para evitar cruzarse con otras personas y asegurarse de aplicar al 100% el protocolo de desinfección.
  • Medición de temperatura de cada paciente y trabajador al entrar en el recinto.
  • Desinfección de todos y cada uno de los pomos de las puertas. Desde la entrada hasta cabinas y baños entre paciente y paciente.
  • Gel hidroalcohólico en todas las salas, recepción y baños.
  • Sabanilla desechable y toalla personal con cada paciente.
  • Desinfección de camilla, agujero facial, equipos de electroterapia, y perchero después de cada tratamiento.
  • Uso obligatorio de mascarilla por parte del personal y de los pacientes.
  • Preferencia de pago con tarjeta frente a efectivo.

Para los pacientes se recomienda:

  • Acudir a la clínica sin acompañante (exceptuando menores o personas con movilidad reducida).
  • Llegar a la hora de la cita (no mucho antes para evitar esperas innecesarias)
  • Quitarse pulseras, collares o pendientes.
  • En el caso de cruzarse con otro paciente en la clínica, debe mantener una distancia de al menos un metro y medio.

Aumento de la Fisioterapia a domicilio 

Muchas personas han necesitado cuidados debido al teletrabajo. Lumbalgias, contracturas y dolores en el cuello son las dolencias más comunes que ha dejado el teletrabajo en estos meses. Además, las secuelas motoras, respiratorias y neurológicas provocadas por el COVID-19 también son motivo para acudir al fisioterapeuta. Debido a ello, los profesionales han visto como ha aumentado la demanda de los tratamientos fisioterápicos a domicilio.

Igualmente, los tratamientos se han visto espaciados en el tiempo, con el fin de garantizar las medidas de protección y poder prestar una atención de calidad para el usuario y con seguridad para el propio fisioterapeuta.

Fuente: Diario Sanitario

DIATERMIA FISIOTERAPIA PIÑAR DE JUANA

En Fisioterapia Piñar de Juana hemos probado la máquina de Diatermia Fisiowarm Easy de la casa Helios y estamos muy contentos con los resultados obtenidos. Las personas que la han probado nos han transmitido también su satisfacción.