¿Láser en fisioterapia?

La fisioterapia cuenta con diversas modalidades de tratamiento de lesiones y entre ellas encontramos la electroterapia, que a su vez, cuenta con diferentes herramientas a utilizar. Una de estas es el láser.

La palabra láser es un acrónimo y sus siglas significan lo siguiente: Light Amplification by Stimulated Emision of Radiation, en otras palabras, es una amplificación de luz mediante emisión estimulada de radiación.

Existen distintas clases de láser y la que se usa en fisioterapia es la 3B, con una potencia media de salida que puede llegar a 500mW, utilizado como terapia de láser frío (ya que no llega a producir una reacción térmica) o de baja potencia. Esta terapia consiste en aplicar un haz de luz láser sobre cualquier zona del cuerpo afectada por una patología.

Como hemos mencionado, no se genera ningún efecto térmico, sino que se utiliza un proceso de fotobiomodulación, con el que las células dañadas se reactivan, dando lugar a que las mitocondrias vuelvan a los niveles habituales de producción de ATP (molécula encargada tanto del transporte como de la posterior liberación de energía), haciendo que se equilibre y regrese a la normalidad con mayor rapidez.

Aspectos a tener en cuenta:

  • Frecuencia o longitud de onda seleccionada.
  • Dosificación, donde se pueden apreciar 3 parámetros:
    • Densidad de potencia suministrada.
    • Tiempo de exposición.
    • Densidad de energía absorbida.

Efectos terapéuticos del láser:

  • Eliminación del dolor de la zona a tratar: tiene un efecto similar al de un analgésico contra el dolor.
  • Acción antiedematosa y acción antiinflamatoria: esto ocurre gracias al estímulo que supone la terapia tanto sobre el flujo sanguíneo como sobre el sistema linfático.
    • Aumento de velocidad sobre el flujo sanguíneo: eliminación de líquidos más efectiva en la zona donde se encuentra la inflamación.
    • Dilatación de vasos linfáticos: permite eliminar las impurezas que provocan los edemas.
  • Cicatrización de heridas mediante la estimulación de regeneración del tejido: gracias a una mayor cantidad de colágeno producido por nuestro organismo.
  • Ayuda a la normalización de las funciones celulares de la zona afectada.
  • Libera sustancias como la serotoninahistamina y bradicinina.
  • Aumenta la producción de ATP.
  • Aumenta la síntesis de ADN, la síntesis proteica y enzimática.

Posibles indicaciones:

  • Procesos ulcerosos.
  • Procesos varicosos.
  • Capsulitis.
  • Bursitis.
  • Tenosinovitis.
  • Fascitis.
  • Fibrosis.
  • Celulitis.
  • Desgarros tisulares.
  • Derrames.
  • Hematomas.
  • Esguinces.
  • Artritis y artrosis.
  • Lesiones meniscales.
  • Condropatías.

Contraindicaciones relativas:

  • Hematoma reciente.
  • Presencia de marcapasos.
  • Procesos infecciosos agudos.
  • Presencia de procesos neoplásicos.
  • Cardiopatías descompensadas.
  • Hipertiroidismo.
  • Embarazo.
  • Epilepsia.
  • Antecedentes de fotosensibilidad.

Bibliografía:

  • Conde, M.; de Sande, J.C.G. y Toscano, M.J. (2011). Terapia por láser de baja potencia:
    consideraciones óptico-físicas y biológicas determinantes en su aplicación clínica. Huelva,
    España.
  • Avci, P.; Gupta, A.; Sadasivam, M.; Vecchio, D.; Pam, Z.; Pam, N. y Hamblim, M. (2013).
    Low-level laser (light) therapy (LLLT) in skin: stimulating, healing, restoring. Recuperado de:
    https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4126803/
  • https://harasambato.wordpress.com/2008/07/10/efectos-de-los-rayos-laser-en-los-tejidos/
  • https://www.fisioterapiamagallanes.es/aplicacion-de-laserterapia-en-fisioterapia/
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